Antonio Aguinaga Martínez (Oña, 1916):

Empresario hasta la muerte

antonio aguinaga

Antonio Aguinaga, en el momento de la entrevista, con 86 años, todavía mantenía –aunque con poca actividad ya- una industria familiar de embutidos. Su abuelo fue carpintero, lo mismo que su padre, pero él decidió marcharse a Madrid a buscarse la vida cuando sólo tenía 12 años.
Durante la guerra estuvo refugiado en una embajada, en Valencia, para no alistarse. Antonio estaba en la zona republicana y cuenta lo difícil que eran las comunicaciones con su familia de Oña. A pesar del aislamiento supo que uno de sus hermanos había fallecido en la batalla del Ebro.
Su padre fue concejal del ayuntamiento oniense, pero él, después de volver al pueblo, no quiso tener ningún cargo y renunció varias veces a proposiciones para ser alcalde, en unos momentos en los que sus negocios iban viento en popa. Asegura que a él lo que le va es trabajar, al margen de quien gobierne, y añade que él trabaja todos los días del año, incluidos sábados y domingos. Amigo de estar siempre en la sombra del poder, Antonio dice que sigue creyendo que la política no le da nada y que siempre ha procurado aislarse de los líos: “La política no da más que líos”, concluye entre risas.