Paisajes y vistas generales

Comentario del profesor Fidel García Domínguez durante la presentación del libro

Este primer bloque de fotos nos presenta, de forma muy general, la toponimia de Oña: Las 21 fotos del bloque evocan el pueblo, los accesos al pueblo, el entorno más cercano... Aparecen en ellas, cómo no, el río Oca y el Ebro, los puentes, las riadas, las famosas riadas que arrasaban con todo a su paso. También aluden las fotos, con sus referencias a las cuevas de Penches y del Caballón, a la peña del Sol, en Pino, a la antigüedad del pueblo. Tras estas fotos quiero ver reflejada, también, y aludida, la historia más antigua del pueblo y nos están diciendo, calladamente, que este pueblo y su entorno estuvo muy poblado desde hace muchos siglos y que es una zona con mucha historia a sus espaldas.

ona desde el camino de la sierra el casco urbano de oņa

Ante estas fotos y todas las demás, no puedo evitar, Eduardo, recordar, a todos, que vamos a celebrar en el año 2011, el milenario del Monasterio. Pero ¿cuál es la antigüedad del pueblo? ¿Cuántos años tiene nuestro pueblo? Y su nombre, Oña, ¿de dónde proviene, qué significa? Tendremos que intentar, Eduardo, con motivo del milenario, aclarar este tema. Alguna pista tenemos, pero aún no se puede adelantar nada más.

Tras estas fotos también está aludida la historia más cercana del pueblo y su entorno actual. Las fotos me llevan a fijar la atención en el paso-desfiladero del Oca-Horadada. Esa historia está aún por hacer. Nadie hasta ahora ha querido historiarlo. Alegan los autores que no tenemos documentos. Y es cierto que los documentos escritos son aún pocos y muy inconcretos. Pero los datos arqueológicos van siendo cada vez más reveladores. Tenemos constancia de presencia de los autrigones, a ambos extremos del desfiladero. Los romanos utilizan este paso. Y también, y sobre todo, los visigodos. Oña, nuestro pueblo, con Tamayo, por un extremo, Cuevarana en el centro, y Tedeja y Mijangos, de guardianes y vigías por el otro extremo, configuran un sistema defensivo, que tratan los moros de destruir una y otra vez, y que los condes castellanos reconstruyen, igualmente, una y otra vez. Con gran esfuerzo logran sellar las entradas y las salidas a la más Vieja Castilla. A partir de ciertas fechas, por aquí, quien entra ya no sale.

puente de la blanca jesuitas en el puente de la blanca

Y decía datos arqueológicos, ya que se ha descubierto presencia visigoda en Mijangos, Trespaderne, Cillaperlata, Tartalés. Los próximos datos van a aparecer junto al mismo puente de la Horadada: las excavaciones están pendientes ya sólo de financiación. Las próximas excavaciones, tras las Horadada, estoy seguro, tendrán que hacerse ya en el mismo Oña. Tal vez en Llanos (encima de la Estación) y/o en Pando (subida-ladera cerca de los Covachones de Santana) y en el mismo pueblo, tal vez en el entorno de la iglesia de San Juan.

Oña, como fortaleza de cierre al paso de la Horadada, tuvo mucha importancia con el conde Rodrigo y sobre todo con Fernán González. Por su contribución a la defensa de Castilla, Fernán González concede fueros a los habitantes de Oña, los mismos fueros que ya había dado a otras poblaciones de la misma Castilla. Tedeja, Cuevarana, Oña, Tamayo, Poza Piedralada, Pancorbo, Término (Santa Gadea), Sobrón..., son las fortalezas-castillos que consolida Fernán González y que, años después, harán desistir al mismo Almanzor de penetrar en la Castilla Vieja. Muertos Almanzor y su hijo, Sancho García funda el monasterio y le dota ricamente. Lo hace a su vuelta de Córdoba, de donde vuelve, después de presentarse en Córdoba, con más de cinco mil caballeros, a poner paz entre los jefes moros. De Córdoba trae muchas riquezas, mucho botín, como, posiblemente, la famosa Biblia de Oña, llevada allí por Almanzor. Y de Córdoba trae también Sancho García la seguridad de que Oña será un lugar tranquilo donde los moros ya no serán capaces de llegar en sus razzias.