Mil caras para un Milenio

(Historia de la fotografía más multitudinaria jamás captada en Oña)

El 27 de agosto de 2011, entre las 18,30 y las 19 horas, en plenas fiestas de San Vitores, mil personas se concentraron en la escalinata de la iglesia de San Salvador de Oña. para participar en el acto más multitudinario de los organizados por la Fundación Milenario para conmemorar los mil años de la fundación del monasterio benedictino.

Aunque desde la distancia que refleja la fotografía, sobre todo para un observador ajeno al evento, pudiera parecer una simple acumulación de personas en las gradas de la iglesia, nada más lejos de la realidad.

Los participantes tuvieron que apuntarse durante los días anteriores y recibieron un boleto con su ubicación personal. Los tramos de escalones fueron numerados del uno al mil, con la reserva del espacio correspondiente para cada participante, y un equipo de voluntarios colocó a cada persona en su lugar.

La acomodación se produjo en un tiempo récord y ello tuvo una importancia capital, ya que, como se aprecia en las fotografías, el día fue muy soleado y las sombras acecharon el espacio escogido para la distribución de las mil caras del Milenario. Los fotógrafos apostados en la casa situada enfrente de la escalinata tuvieron que actuar con presteza para evitar el sol en unos rostros y la sombra en otros.

No ha llegado hasta nosotros el rostro de Sancho García, conde de Castilla fundador del monasterio de Oña hace mil años, ni de su hija Tigridia, para quien edificó esta ‘casa para la santa conversación’, pero, dentro de otros mil años, quienes conmemoren los dos milenios de existencia del monasterio tendrán ante sí las caras de estos mil onienses que ese 27 de agosto de 2011 posaron para construir la historia de la villa de Oña. Seguramente, otros mil onienses, si el mundo no se ha acabado para entonces, posarán en el año 3011 en estas mismas escaleras de la iglesia de San Salvador para celebrar el segundo milenio del monasterio de Oña. Tal vez alguno de esos nuevos rostros se reconozca en las, para entonces, viejas caras de hoy.